Fredy Massad, argentino radicado en Barcelona, ejerce la crítica de arquitectura como "un estado de alerta desde el cual promover la duda, cuestionar mitos y generar debates, no para cautivar con nuevos dogmas sino para desestabilizar". Con este espíritu, se reproducen aquí fragmentos de su nuevo libro, "Crítica de choque", seleccionados por él mismo especialmente para este blog.
Capítulo 1: La
naturaleza de los dioses
En el
análisis del ascenso del arquitecto como celebrity
es indispensable tener en consideración una serie de aspectos existenciales,
relativos a la definición de la identidad del yo contemporáneo. La exacerbación
del individualismo, cuyos orígenes hay que remontar a fines del siglo XVIII e
intensificada tras el trauma de las dos guerras mundiales, ha derivado en
alentar «un narcisismo sin precedentes, de cuyos frutos emergen los egos más
delirantes». La epidémica obsesión por uno mismo y el complejo de Erostrato que
plagan hoy las redes sociales hallan su paroxismo en las figuras de las celebrities que, desde diversas
categorías, conforman el universo mediático. De la misma manera que cada individuo hoy se convierte en espectáculo y
mercancía a través de la articulación narrativa y estética de su identidad a
través de las redes, a mayor escala y con alcance global, el star-architect cimenta su poder en su
carisma, en una superioridad humana que halla su confirmación en la (por eso justificada)
naturaleza de espectáculo de su arquitectura.
Muchos
de quienes habían ostentado el rango de críticos de arquitectura se
convirtieron no sólo en melifluos panegiristas sino también en incentivadores y
beneficiarios de la construcción de edificios-estrella y del simultáneo
refuerzo del poder que para cada arquitecto suponía auparse con el encargo de
otro gran ícono. No cabía razón contra
la arquitectura icónica y los arquitectos estrella. Oponerse a ella o
cuestionarla desataba reacciones viscerales, ataques mediante argumentos ad hominem.
(…) El uso de la positividad y el optimismo es un
denominador común de este sistema mediático, sus narrativas y sus
protagonistas, así como el abuso de una
supuesta transparencia. Estos personajes y sus relatos se elevan como una
especie de héroes y verdades, con discursos tan vacuos como de fácil
transmisión. El uso de esa falsa positividad se convierte en escudo que los
hace intocables, impermeables a la escasa crítica que reciben y ante la cual,
invariablemente, se victimizan.
Capítulo 2: El
movimiento en falso
La
idea de la cooperación con los países en vías de desarrollo, con tan buena
prensa y admirada, es posiblemente la salida más apropiada para lavar las
conciencias multiculturalistas: paternalistas, buenistas, eurocéntricas. De
mantener disimuladamente la idea más pura del capitalismo y la superioridad
colonialista. En ningún momento se plantea ni desea cambiar o modificar ese
sistema desigualitario, esa brecha social, económica y cultural con la parte
más desfavorecida del planeta, sino mantenerlo a base de pequeños gestos,
asumiendo que el Otro siempre va a ser el necesitado y “nosotros” (los
primermundistas, las clases superiores) seremos quienes les aportemos las
“soluciones” a sus necesidades.
(…) Lo que
quedó, y se consolidó, tras Small Scale, Big Change fue un astutísimo
oportunismo sustentado y justificado por una fascinación buenista y que rebosa
moralina paternalista respecto a esas situaciones. La falta de radicalidad de Small Scale, Big Change y sus derivados estriba en que no hay
ningún interés en subsanar este déficit, de hacer algo ante el impacto de la
crisis. El discurso es inocuo: en ningún momento se habla abiertamente de que
la arquitectura haya de enarbolar la bandera de la construcción social sino que
se recurre al gusto por el exotismo, el primitivismo, la austeridad y el
buenismo sin plantear en ningún momento, ni desde los ideólogos ni desde la
mayoría de los participantes, una catarsis ni una crítica al sistema. Porque
seguramente todos se sienten cómodos en medio de éste.
Sólo se pretende mantener el modelo perdido y
esta alternativa, esta aparente nueva búsqueda ideológica y ética, se plantea como una estrategia de
supervivencia y, sobre todo, como una forma de negocio. Han sido y siguen
siendo muchos los que aprovecharon este desconcierto abierto por la crisis
económica para posicionarse dentro del establishment,
cambiando los discursos pero raramente las formas. El mismo sistema se ha
encargado de amansar, ablandar y digerir los discursos más radicales.
Video
Capítulo 3: La fascinación populista
La
falta de conocimiento y el desinterés por Hispanoamérica que había
caracterizado durante décadas al espíritu primermundista vino a jugar a favor
de estos profetas carismáticos del neopopulismo que, como todo buen populista,
hablan desde la emoción y azuzan el sentimentalismo de sus auditorios, llevando
sus adanistas relatos personales de implicación con dramas colectivos hasta
puntos melodramáticos y proponiendo soluciones cuasi-mágicas para problemáticas
muy complejas.
(…) El
problema fundamental que genera la construcción de estos héroes neopopulistas
es la elaboración de ese imaginario falsario que han construido conjuntamente
el primer mundo necesitado de nuevos ídolos y la predisposición de estos mesías
hispanoamericanos por visibilizarse. Este tipo de relatos, este camino a la
fama, muestra el desprecio y el clasismo totalmente contrapuestos a la
construcción de un paisaje social de la arquitectura, que está dominada por la
existencia de castas que se sienten a gusto con el incremento de la desigualdad
y la precariedad y que construyen esta visión parcial, homogénea y convenida
por ambas partes en un relato sentimentaloide que no se condice en casi nada
con los hechos reales. Una farsa, una construcción neopopulista para el consumo
eurocéntrico.
Capítulo 4:
Impostura y demagogia
No ha
sido sólo Aravena quien se ha inventado a sí mismo, sino que parecía existir la
necesidad de inventarlo o de ser cautivados por un producto como él. Si no, de ninguna manera se entiende que
alguien haya exaltado tan enfervorizadamente a un arquitecto a través de tal
titular y un retrato en primer plano en portada sólo a partir de la somera
descripción de una idea que parece atractiva y prometedora. Y esa última frase
de su texto resume la cuestión perfectamente: los hechos, la realidad, están
frente a nosotros, y es una realidad sucia y grosera en lugar de la pobreza
pintoresca que esperábamos encontrar pero se prefiere persistir en la fantasía
en lugar de abrir los ojos para seguir sintiéndose bondadoso, solidario,
idealista y radical.
(…) Alejandro Aravena no es un Robin Hood contemporáneo. Para quien
todavía albergue alguna ilusión, la construcción de Aravena se asienta sobre los
pilares del capitalismo cínico, de camisa blanca y de palabras suaves y
calculadas. Lo mueve un ideario clasista. Aravena es un neopopulista nacido
para anonadar a una cultura ávida de fascinaciones.
Capítulo
5: El estado de las cosas
La víctima del sacrificio ritual que formaba
parte de las fiestas Targelias, que se celebraban en la antigua Atenas, recibía
el nombre de pharmakos, vocablo del
que procede fármaco, sinónimo de medicamento: la sustancia que «sirve
para prevenir, curar o aliviar la enfermedad y corregir o reparar las secuelas
de ésta». Ésa es, de hecho, la función
que cumple la ejecución del chivo expiatorio y el cabeza de turco: evitar que
todo un sistema caiga y arrastre todo consigo, para poder generar entre la
comunidad la impresión de que todo ha retornado a su original limpieza y
dignidad, de que el orden necesario ha sido restablecido.
La caída en desgracia de Santiago Calatrava,
propiciada sin duda por sus errores y pertinaz arrogancia, ha facilitado su
conversión en el perfecto chivo expiatorio, una de las coartadas más torpes y
socorridas para tapar la extensión total de los males de un tiempo construido
sobre trampas, ficciones y vanidades.
Que la acusación hoy se centre exclusivamente sobre Calatrava y los
puntos amarillistas de su trayectoria es una tosca forma de camuflar una
situación mucho más grave y compleja, y de eximir de responsabilidades y
sospechas a muchos otros arquitectos en este momento en que, como incipientes
señales de cambios de tendencia económica,
empiezan a dejarse sentir argumentaciones bajo las que subyacen defensas
y disculpas a los despilfarros o sobrecostos de muchos edificios estrella.
(…) Una de las pruebas que demuestran que la
crisis no ha zarandeado nada es que la situación previa a la crisis y los
estragos derivados de ésta han podido reciclarse en argumentos positivos. En
este escenario neoliberal hasta se ha logrado torcer el fracaso para ganar
prestigio con él. Donde debiera haber
disgusto y frustración por las ruinas de un tiempo excesivamente cercano se ha
preferido hallar una poesía a reivindicar.
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"Crítica de choque", por Fredy Massad
Bisman Ediciones-Universidad de Palermo
Buenos Aires, 2017
128 páginas
Precio $ 300,-
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"Crítica de choque", por Fredy Massad
Bisman Ediciones-Universidad de Palermo
Buenos Aires, 2017
128 páginas
Precio $ 300,-
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