jueves, 31 de agosto de 2017

Una casa poco convencional para una pareja ídem

La Casa Linik se funde orgánicamente con el paisaje agreste salteño, del que toma los materiales y las pendientes. El arquitecto Juan Pablo Gondar la concibió conjuntamente con los usuarios.


Por Ariel Hendler para ArquiNoticias
(Texto en base a la memoria del autor)

La casa Linik representa una transición fundamental en las vidas de Ligia y Nicolás. Cuando decidieron conformar una familia, empezaron a visualizar el hogar que debía contener sus destinos comunes. Este, según sus palabras, “estaba lejos de ser el que concibiese un arquitecto tradicional”, ya que “tenía que tener un tratamiento espacial de una sensibilidad más cercana a lo escultórico que a lo estrictamente arquitectónico”. Además, debía lograr un uso eficiente de la energía y un tratamiento responsable de las influencias para con el entorno en general. 






Encontraron el terreno en el que decidieron implantar su hogar en la localidad de Vaqueros, vecina a la ciudad de Salta en la provincia del mismo nombre. El lote es atravesado por una cañada a la que convergen las lluvias del cerro y poblado de frondosos árboles nativos, que como premisa se debían mantener en su sitio original. En suma, se les ofreció un escenario sugerente que imponía sus propios condicionantes al diseño en gestación.





Ya madurada esta idea inicial, se fue fortaleciendo progresivamente este carácter centrípeto del espacio centro. Desde el acceso, todos los gestos morfológicos de superficies y carpinterías dirigen las tensiones y atenciones de quienes recorren la casa hacia la cocina, sobre la cual culminan en un enérgico remolino que converge en una claraboya; como si todas las energías de la casa culminasen en ese acto de amor que es la ofrenda de los alimentos hacia quienes comparten la reunión.



Los dos dormitorios, con ventilación cruzada, abren sus visuales sobre los espacios inmediatos inferiores, vislumbrando los techos jardines y, enmarcado por éstos, el majestuoso valle en el que se unen dos arroyos que crecen en los lluviosos meses del verano. Debajo de los dormitorios el resto de los espacios respetando jerarquías y funciones se escalonan hacia abajo de la cocina-comedor acompañando la pendiente del terreno.



La materialidad dominante, elegida en conjunto con los usuarios, es la piedra del lugar en toda la mampostería perimetral. De esta forma, las envolventes en general (canteros, sitios de reposo y gárgolas del volumen principal) fueron materializadas con piedra bola juntada en el arroyo a 50 metros del terreno. El paramento del acceso principal, al igual que las terrazas circundantes y escaleras, fue construido con la piedra misma del terreno, extraída de las excavaciones de cimientos. A su vez, el gesto tectónico según el cual los basamentos abrazan el acceso es una forma clara de jerarquizarlo como una especie de abrazo que le hace la tierra a quien ingresa.


Todo esto se acompaña por el simbolismo que supone llegar al hogar después de descender progresivamente por caminos serpenteantes, cruzando puentes y ladeando la gran roca que estuvo allí desde el comienzo. Al mismo tiempo, para lograr una efectiva aislación térmica, así como también completar la estética de mimesis que caracteriza a la obra, los techos se cubrieron con una capa de suelo fértil y vegetación espontánea (aun no concretadas).


El proceso de diseño de las carpinterías fue acompañando la gestación de la obra a partir de un rastreo de variantes para cada abertura a fin de privilegiar las vistas deseadas y ocultar los sectores menos favorecidos. La madera de los mismos se obtuvo como sobrantes en los aserraderos de la zona. Así, con piezas de secciones atípicas, los maestros carpinteros compusieron cada ventana con los matices de las maderas disponibles que cada marco demandaba, armándolos sobre las impresiones en escala real que les se iban proveyendo. Igualmente, los aleros y orientaciones obedecen a privilegiar el asoleamiento interior en invierno, a resguardar en sombra la casa en verano y a proteger de los vientos fríos del sur.



Finalmente, concluida la obra gruesa -con la fuerte impronta que esta dejó en el terreno- y superada una etapa de arraigo en el sitio por parte de los usuarios, que en el transcurso de la misma fueron padres dos veces, se decidió hacer un alto a la construcción y esperar tiempos de maduración más orgánicos, naturales y lentos. Sabíamos que quizás el resultado final fuese un poco menos coherente o menos potente en términos de lenguaje arquitectónico, pero entendíamos que debía responder a las necesidades mas intimas de los habitantes que estaban empezando a crecer en este nuevo hábitat.


Planta

Corte longitudinal


Detalle


FICHA TÉCNICA
Obra: Casa Linik
Ubicación: Barrio Valle Hermoso, Vaqueros, Salta
Proyecto, dirección y construcción: Arq. Juan Pablo Gondar
Superficie cubierta: 165 m2
Año: 2008-2009 (sigue en proceso)

Ubicación: 


lunes, 21 de agosto de 2017

Reflexiones al borde del agua

Crónica de un peculiar debate sobre el “guaranismo”, o de cómo una civilización originaria como la guaraní supo vivir en armonía con la naturaleza y el paisaje. Al revés de lo que hizo históricamente Buenos Aires con su río.



Por Ariel Hendler para ArquiNoticias


Una gran carpa geodésica sobre el puente que comunica a la Fadu/UBA con la Reserva Ecológica Costanera Norte, diseñada por el colectivo Off The Record, The Inflatable Team y Contact_to, se destaca Iluminada en la noche, Es el lugar justo donde Ciudad Universitaria se asoma a un esbozo de paisaje ribereño. Adentro de la carpa (bautizada B.O.M.B.A.), un público compuesto mayoritariamente por arquitectos sub-40, todos sentados en el suelo. Un micrófono, imágenes proyectadas sobre la lona traslúcida y nada más: es el dispositivo elegido para reflexionar en forma colectiva sobre la relación que la ciudad de Buenos Aires establece con su río –y con el agua en general-, a partir de un significante disparador de sentidos: “guaranismo”.


    Buenos Aires en 1559.


“En realidad, ‘guaranismo’ es un término a construir, no es todavía algo construido”, explica Adrián Russo, socio del estudio Monoblock. Anuncia que la reflexión que (nos) convoca a todos los presentes en esta suerte de campamento cultural, casi a orillas del Río de la Plata, consiste en pensar a una cultura como la guaraní, a la que define “muy ligada a la naturaleza”. Explica que los guaraníes no dejaron demasiados rastros materiales de su existencia “por ser nómades y por su gran respeto por el lugar que habitaban”; es decir, el opuesto absoluto de quienes los desplazaron a partir de la conquista española, en sucesivas guerras y matanzas.



                      Video:


Alexis Schachter, también de Monoblock, plantea que la “atracción por la geometría de la ciudad europea impuesta al territorio nos llevó inevitablemente al fracaso”. Un fracaso del que augura que no hay forma de salvarse, “porque la geometría colisiona con la complejidad del territorio”. Entonces, a este cronista lo asalta la duda de si la oposición entre “territorio” y “geometría” debe limitarse a la imposición de la matriz urbana europeos a estas playas o si debería abarcar, más en general, el par de opuestos “Naturaleza/Cultura” o “Naturaleza/Civilización”. Pero el término “guaranismo” brinda la respuesta adecuada: una civilización y una cultura que eligieron no colisionar con su territorio, ni destrozarlo.

   Puerto de Buenos Aires en 1865

Ignacio Fleurquin, del Estudio Bulla, asegura que gran parte de los problemas de la Buenos Aires actual provienen de esta inadecuación esencial entre el fluir de la vida y los esquematismos que tienden a asfixiarla (versión libre de sus palabras, perdidas para el grabador). Cuenta que, desde el primer momento, “los bajos de la ciudad están habitados por la marginalidad, y el río es utilizado como un basural, convertido en zona degradada”. Y remata: “El río pasó a ser un canal”. Hasta se permite elogiar a Sarmiento, quien, “más allá de las críticas que se le puedan hacer, había pensado a la isla Martín García como capital del país, porque era consciente de “la importancia de controlar el flujo del agua, la navegación y el comercio que había hecho progresar  a los guaraníes y los pueblos originarios”. Se puede mencionar también su fanatismo por el Delta del Paraná mucho antes de que existieran los clubes de remo.

   Puerto de Buenos Aires, Estación Central y Aduana Taylor (1887)


Luciano Intile, de IR Arquitectura, mientras proyecta sobre la pared de la carpa enseña un mapa de Buenos Aires, con su “grilla multiplicada cada vez más sobre el territorio sin considerar la naturaleza circundante”. Para esa época, explica, la ciudad se erige como un hito importante dentro de una constelación de intercambio comercial, comunicados entre sí por infraestructuras inglesas, como el trazado ferroviario. “La costa pasa a funcionar exclusivamente como puerto, sin dar cuenta de los flujos fluviales: una lógica genética de la organización del territorio que nos acompaña hasta hoy”, concluye. Cabe agregar que para esa época lo poco que quedaba de la civilización guaraní tenía sus horas contadas.


A la hora de abrir el micrófono a los asistentes, este cronista comentó la existencia de otra operación que se registra históricamente en el borde entre la ciudad y el río: el avance de la tierra sobre el agua; el corrimiento del borde urbano hacia el Río de la Plata; el crecimiento constante de la ciudad  hacia el Este. Un proceso lento pero constante del que dan cuenta hitos turísticos como la reserva ecológica en la Costanera Sur o el Museo del Bicentenario en la ex Aduana Taylor. ¿Llegaremos algún día hasta la Banda Oriental del Río de la Plata a este ritmo? Por lo pronto, en la carpa se cierra la lista de oradores y comienza la música de Pacho y los Limones y AATT, con luces a cargo de Fluixlian.


Lo cierto es que la reflexión recién empezó: esta historia continuará…



    Ubicación:

    Street View

Entrevista

domingo, 13 de agosto de 2017

Sitio de memoria y uso cotidiano

El memorial de Malvinas proyectado por Lucas Arenas en Leones, Córdoba, además de cumplir con esa función se convirtió en un sitio de encuentro social y un icono para los pobladores. 




Por Ariel Hendler para ArquiNoticias
(Texto a partir de la memoria del autor.)

En un predio ferroviario de los tantos en el sudeste cordobés, en un área muy común en los pueblos pampeanos, el desafío consistió en crear un monumento que inyecte actividades dentro de un espacio verde sin carácter y cómo lograr que al monumento se lo identifique y se lo apropie. La respuesta fue una intervención que combinara la función de mantener viva la memoria sobre las islas Malvinas con el uso diario del predio y su apropiación por la gente, y el resultado es también un oasis de diseño en un entorno poco favorable.


La intervención tuvo lugar en un predio ferroviario del pueblo rural Leones, de 10.000 habitantes, en el sur de la provincia de Córdoba. El lugar era una esquina de un gran espacio abierto que se utiliza para diferentes actividades, en especial ligadas al tráfico de trenes, con pequeños bosques de eucaliptos y también algunos sectores muy deteriorados.


El encargo original consistía en diseñar veredas y la base de apoyo de un avión que se utilizó en la guerra, pero la propuesta fue más allá y planteó generar con una sola intervención dos espacios: el monumento alusivo y su explanada de soporte como punto de atracción para recuperar un sector degradado y así revalorizar al menos ese pequeño sector del predio. En cuanto a la posición del avión, se trató de captar el momento preciso en que el avión inicia la carrera de escape luego de descargar su armamento en el objetivo enemigo. De hecho, desde las arterias vehiculares que rodean la plaza se puede ver el avión en vuelo rasante entre las copas de los árboles.


El monumento en su esencia es también es una plaza. Se generó una explanada de conmemoración de actos alusivos y de actividades mixtas que hacia un lado se desmaterializa para dar lugar a la base de soporte del avión, y hacia el otro lado se fragmenta en vertical y se pliega conformando un banco., que la gente de pueblo se apropió rápidamente como punto de encuentro, a pesar de estar ubicado en un entorno poco favorecido desde el punto de vista paisajístico.  La alfombra verde a ambos lados sirve de complemento para actividades y reuniones familiares.


El ingreso hacia la plaza lo conforma una diagonal peatonal que parte desde la esquina, donde un mástil se alza con la bandera argentina a modo de invitación; desde allí se avanza a través de un breve recorrido hasta la explanada hasta el banco lineal para descanso de los usuarios. 


La obra se realizó con materiales nobles y duraderos como el hormigón armado, acero y mármol,  de bajo mantenimiento. En la placa que conforma la explanada principal y el banco se utilizó cemento alisado. Círculos de mármol negro con un borde de acero representan a los excombatientes y para la vereda de ingreso se optó por hormigón peinado. 






FICHA TECNICA
Obra: Plaza y Monumento "Malvinas Argentinas"
Ubicación: Predio ferroviario, Bv. Colón y Dr. Amadeo Bertini, Leones, Córdoba, Argentina.
Proyecto: Arq. Lucas Arenas
Superficie: 1900 m2 (espacio verde), 340 m2 (explnada y monumento)
Año: 2011
Fotografía y video: Gonzalo Viramonte

Mapa satelital

Street View


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