lunes, 10 de julio de 2017

Los arquitectos que construyen el presente

Cuatro profesionales de 40 años con distintas prácticas profesionales coincidieron en lo esencial: la escala urbana, la importancia del espacio público y la deuda con la sociedad. 

Arquitectos de 40 años: Grimaldi, Faiden, Flores y Couto.



Por Ariel Hendler para ArquiNoticias


Cuatro destacados arquitectos de 40 años (XL, en números romanos), ni tan jóvenes ni tan veteranos, dialogaron sobre los avatares de su trabajo, que también es su pasión. Fueron de la partida Gonzalo Couto, del estudio Bodas Miani Anger & Asociados (BMA), quien ofició de anfitrión en su oficina de la torre Consultatio BBVA, obra que tuvo a su cargo; Marcelo Faiden, socio de Adamo-FaidenJuan Martín Flores, socio de SMF (Speroni-Martínez-Flores), de La Plata, ganadores de numerosos concursos en el país y el exterior, y Arturo Grimaldi, director de Proyectos de la desarrolladora Consultatio. En suma, cuatro personalidades y prácticas que representan la variedad de formas de vivir la profesión.


Torre Banco Francés, del estudio BMA, de la cual Gonzalo Couto fue project manager.


En el caso de Couto, como él mismo explica, desde muy joven tuvo la oportunidad de hacer las cosas “a lo grande”. De hecho, cuando todavía era estudiante en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) tuvo a su cargo la dirección obra de ampliación del Aeroparque Metropolitano Jorge Newbery, también con proyecto de BMA. “Después de eso, ya no le tuve miedo a nada”, cuenta. Ya recibido, cumplió la misma función –a veces combinada con la de proyectista y gerenciador de proyectos- en varios centros comerciales y otros emprendimientos. Por caso, la flamante torre vidriada del Banco Francés en Leandro Alem y Córdoba, donde transcurre la charla.



Archivo Histórico de Geodesia, en La Plata, de SMF, ganador del Concurso Provincial (2016).


Distinta es la experiencia de Flores, también formado en la UNLP, que comparte el estudio con dos arquitectos que antes fueron sus profesores. “Funcionamos como una usina de ideas, le damos gran importancia a la reflexión sobre la disciplina y entendemos que los concursos de arquitectura son una excelenteoportunidad  para plasmar toda esta producción intelectual previa”, explica. Entre los que ganaron, se cuentan obras de gran importancia institucional como el edificio Anexo de la Cámara de Diputados bonaerense y, más recientemente, un barrio de viviendas en Ruichang, China, aún sin construir. “Nuestra generación tiene la capacidad de aportar una frescura intelectual y una búsqueda distinta”, opina.


Casa Jose Ignacio, de GrimaldiNachtarqs, en la costa de Uruguay.


Grimaldi, en tanto, asegura que haber cumplido los 40 años de edad lo hicieron “sentir mejor con la arquitectura, más aplomado y seguro”. Y dice sentirse sumamente identificado con el territorio en el que le toca actuar: “Tengo una relación muy profunda con mi geografía, me siento un arquitecto rioplatense y me gusta absorber toda la información posible sobre esta región para poder expresarla”, asegura. Explica que su trabajo en Consultatio, la desarrolladora de las “ciudades-pueblo” Nordelta y Puertos, consiste en asesorar en temas de urbanismo, arquitectura e identidad visual a los arquitectos que trabajan en ellas: “Lo que hago abarca todas las escalas del diseño,  desde un master plan hasta un portón”, agrega. Además, ejerce en forma particular como socio del estudio Grimaldi-Nacht.


Plaza Catalinas, de Adamo-Faiden, junto a la Torre Banco Francés.

Faiden, como socio de un estudio bien conocido por su abordaje audaz y descontracturado de la arquitectura, se muestra partidario de la independencia respecto de los avatares de la edad y la geografía: “Nuestro estudio no trata de situarse en una ciudad o un momento determinado, sino de ser libres para enfrentar el presente a partir de un marco de referencias que trascienden momentos y fronteras”, explica. Por otra parte, reivindica la posibilidad de hacerse fuertes en situaciones desfavorables: “Un terreno común y corriente en cualquier ubicación y con el presupuesto más ordinario, o la ampliación de una casa existente pueden ser el mejor escenario para la batalla que queremos dar”.


Hall de entrada de la Torre Banco Francés (BMA).

En una sintonía parecida, Couto da a entender que el hecho de haber trabajado casi siempre a proyectos de gran envergadura no lo convirtió, como podría pensarse, en un devoto acrítico de la escala monumental. “Es necesario repensar si el modelo de desarrollo actual de la arquitectura es el que tenemos a la vista –reflexiona, mientras señala las grandes moles de Puerto Madero, visibles a través del ventanal de su oficina con vista al río-, o si más bien tenemos que empezar a dosificar y tender a una ciudad más pareja.”


Viviendas Villa Olimpica 2018, proyecto ganador del estudio SMF, actualmente en obra en Villa Soldati, Buenos Aires.

Grimaldi cuenta que en la actualidad se encuentra abocado a conseguir la integración de Nordelta con los barrios poco favorecidos que la rodean, tarea que realiza junto al célebre urbanista danés Jean Gehl. “Queremos revalorizar la calle, el espacio compartido y el transporte público, todo eso de lo que mucha gente tiende a aislarse por miedo a la inseguridad”, grafica.


Remodelación y ampliación del Aeroparque Jorge Newbery, por BMA, con dirección de obra de Gonzalo Couto (2002-2012).

Flores, en tanto, enfatiza la deuda que, a su entender, los arquitectos tienen con la sociedad: “Hay establecer los mecanismos por los cuales nosotros, que nos formamos en universidades públicas, podamos dar todo lo que podemos dar a la sociedad que nos pagó nuestros estudios, por ejemplo haciendo algo para resolver la situación del 30 por ciento de la población que vive en villas. Pero esa es una responsabilidad también del Estado, porque yo puedo tener la mejor intención, pero solo no puedo hacer mucho”, razona.


Casa Martos, de Adamo-Fainde en Villa Adelina, Provincia de Buenos Aires (2012)


Faiden le responde desde su propia experiencia, a modo de conclusión: “Lo que pasa también es que muy poca gente sabe lo que un arquitecto puede brindarle y cómo puede mejorarle su vida cotidiana. Es una deuda que tenemos nosotros de saber comunicar lo que podemos hacer por los demás”.

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